El domingo por la mañana partiremos a nuestro sitio en la montaña y comenzamos la jornada con una actividad orientado a sensibilizar nuestro cuerpo para que así esté más receptivo al entorno natural y pueda establecer una conexión más profunda con él, con sus aromas, colores, el cielo, la tierra, los fenómenos atmosféricos, etc..

Gracias a diferentes ejercicios iremos despojándonos del velo del ego e iremos conectando con la sabiduría profunda del corazón, desde donde buscaremos la claridad de propósitos, las respuestas y nos abriremos a las enseñanzas que tiene que ofrecer esta profunda inmersión en la naturaleza, esta vuelta profunda a nuestro origen.